Siempre quise ser bailarina. Aprendí a bailar y a caminar casi a la vez. Me crié en Cataño en una familia llena de mujeres y con muchas ganas de fiestear. Fui batutera, estudié en San Vicente Ferrer, luego en Perpetuo Socrro. Me gradué de la Universidad de Puerto Rico de Humanidades, idiomas y Traducción. Canté, bailé y juré ser artistas hasta que entré a trabajar en un periódico, El Nuevo Día, donde por 30 años, recorrí todas las posiciones posibles, habidas y por haber en una sala de Redacción. Podría contar todo lo que viví, y no sé si sería buena idea. Lo tengo claro en mi memoria y puedo contar con lujo de detalles todas las etapas, buenas y retantes que como reportera y editora me formaron. Era la época de gloria de las comunicaciones, la de ahora no tiene nada que ver. Me cambiaron a todo lo que pudieron y me formaron en una comunicadora resiliente. Entendí las crisis de la Industria de comunicaciones, la viví, la sufrí y la gocé. Manejo las comunicaciones de una entidad sin fines de lucro, el Fideicomiso para Ciencias, Tecnología e Investigación de Puerto Rico. Encuentro nuevas formas de comunicar temas densos y complejos. No dejo de comunicar, ni de leer, ni de soprenderme. La gastronomía, la buena mesa, la moda, el arte y las relaciones son temas que siguen provocándome. Soy Lupe, de Puerto Rico. Y las fotos que incluyo aqui son de un viaje a Perú, un lugar mágico en el que vibré en mi frecuencia perfecta.

Huaynapichu 
Machu Picchu 
Huaynapicchu.
Me gusta la salsa, soy puertorriqueña, comunico, leo, medito y camino. Me gusta cantar y me entusiasma el teatro y viajar. Comer es uno de mis placeres y escribo mejor cuando estoy en crisis.
